La importancia del CO₂

Las zonas forestales son sumideros de carbono fundamentales, que secuestran toneladas de carbono por hectárea al año, reduciendo así el nivel global de CO₂ atmosférico, y emitiendo oxígeno al mismo tiempo. El CO₂ es un conocido gas de efecto invernadero, y su cada vez mayor concentración en la atmósfera está directamente relacionada con el cambio climático antropogénico.

A medida que la deforestación continúa impactando en las zonas forestales del mundo, el porcentaje de la cobertura global de árboles ha caído drásticamente. Se cree que la deforestación por sí sola ha supuesto el aumento general de la temperatura global durante las últimas décadas, ya que ha provocado un aumento del CO₂ de entre el 12 % y el 20 %, independientemente del causado por la industria y otras fuentes de contaminación atmosférica.


Ayuda a reducir el calentamiento global

Pasar al cultivo de cáñamo ayuda a proteger los bosques tan necesarios para producir oxígeno vital, proporcionando hogares para la vida silvestre y ayudando a combatir el cambio climático mediante la absorción de dióxido de carbono (CO2). Los científicos sugieren que, a menos que reduzcamos las emisiones que producimos, las temperaturas promedio podrían aumentar hasta 10 grados en el próximo siglo y experimentaremos sequías más frecuentes y huracanes poderosos. El cáñamo, que crece rápidamente, es excepcional en absorber el CO2 atmosférico y convertirlo en compuestos orgánicos, liberando en su lugar oxígeno. El cáñamo absorbe 5,319 kilogramos de CO2 por hectárea, lo que ayuda a reducir el calentamiento global.


Reconstituye la tierra

Un problema que enfrentan los agricultores a lo largo del mundo es el desgaste de la tierra, por suerte, un los últimos años un tendencia se ha generado en diferentes países que ofrece una solución a este problema. La práctica de rotación de cultivo ha presentado una solución parcial ya que permite cambiar y renovar los nutrientes presentes en el suelo, pero debido al tiempo que requiere esta práctica pocos productores la aplican. El cáñamo es una planta perfecta para llevar a cabo la rotación de cultivos, ya que por su tiempo de crecimiento bajo es perfecto para plantarlo entre otras cosechas, mejorando la calidad del suelo y renovando los nutrientes en él. Ademas, los residuos de la planta se pueden dejar en el suelo para que aporte nutrientes como fertilizantes durante siguiente cosecha.

El cáñamo es un bioacumulador, lo que significa que absorbe y recoge sustancias del suelo, por lo que puede ayudar a limpiar la contaminación cercana del suelo y el agua. Ademas, las raíces del cáñamo ayudan a evitar la erosión de la zona.


Disminuye la deforestación

Los cultivos de cáñamo crecen mucho más rápido que la marihuana, por lo que, mientras que a la marihuana puede tomarle una temporada completa para madurar, un productor de cáñamo a menudo puede plantar múltiples veces por temporada, creando un producto más respetuoso con el medio ambiente.

Usar cáñamo en lugar de árboles para producir papel y materiales de construcción puede mitigar los peligros de la deforestación. Los árboles juegan un papel crítico en la salud del planeta, pero las operaciones de tala insostenibles, los incendios y la degradación relacionada con el cambio climático eliminan de 72 a 93 mil kilómetros cuadrados de bosques cada año. Sin embargo, una sola hectárea de cáñamo puede producir tanta fibra utilizable como cuatro hectáreas de árboles. Además, el cáñamo se puede cosechar cada 100 días, mientras que los árboles necesitan décadas antes de que estén listos para ser cosechados. Las fibras de cáñamo son largas, lo que les permite producir papel más resistente que se puede reciclar más veces que el papel producido a partir de la madera.